De Montevideo a Puerto Stanley

El sábado 20 de febrero de 2010 salimos del puerto de Montevideo y llegamos a Stanley el lunes 22 casi al medidodía.
Más de 30 horas de navegación, con tiempo agradable y mar bastante calmo. Que se hace mientras tanto abordo sobretodo cuando la consigna es no comer demasiado (actividad a la que se abocan muchísimos pasajeros)

En el salón comedor para cenar

Primer plato FRITATTA di MARE

Primer Plato ARENQUES del BALTICO



Hay actividades de todo tipo, varias orquestas que van actuando en distintos escenarios durante todo el día. Y dado que era un viaje por Sudamérica el tango esta presente con bailarines incluidos.

El cuarteto BUENOS AIRES

Preparando la "Cascada de Champán"

Por la noche un espectáculo clásico de los barcos americanos, la pirámide de copas de champán a la invitaban a participar a los pasajeros.






Caminatas por los puentes que hacían un largo recorrido con vista al mar, lecturas sentados en hermosos salones así pasaba el día.
En el próximo encuentro el relato de la llegada a las Falkland Islands

Primera escala Montevideo

Luego de la salida de Buenos Aires un almuerzo tardío en el Buffet de autoservicio del barco que funcionaba prácticamente las 24 horas del día. Recorrido por el barco para conocer donde estábamos, cena, nueva recorrida por el barco y al camarote para prepararse para la primera escala, el puerto de Montevideo, a la mañana siguiente.

A Berta y a mi nos gusta esta ciudad desde siempre, por muchos motivos, esta renovada y actualizada pero sigue siendo amigable y provinciana como siempre. Una frase inteligente de nuestro sobrino-primo Andy “si anuncian el fin del mundo me voy a Montevideo allí las cosas pasan 50 años después” Creo que tiene mucho de verdad.

El crucero en la entrada al puerto

antiguedades en la peatonal

El puerto esta prácticamente al borde de la parte más antigua de la ciudad (el Barrio Antiguo) y ni bien se baja del barco se accede al viejo mercado hoy transformado en una serie de parrillas y restaurantes siempre desbordadas de turistas y ni bien uno se aleja un poco aparecen en una mezcla total casas de objetos antiguos, almacenes de ultramarinos, bares y verdulerías que me hicieron recordar un Buenos Aires de 50 años atrás.

Una calle peatonal cerca del puerto

Una verduleria en el barrio viejo


La feria en la calle

Caminando por calles peatonales se llega a la plaza Artigas, pero antes pasamos por el Teatro Solís, el Colon de Montevideo, totalmente renovado una verdadera joyita, que se puede visitar en cualquier momento y al costado donde funcionaba un clasico de Montevideo, el viejo Restaurat Fénix hoy esta el Restaurante Rara Avis que debe ser el mejor de ciudad.

El teatro Solis remodelado

La sala renovada del Teatro Solis
Curiosos como siempre luego de la visita al teatro nos acercamos al Restaurant y guiados por una amable recepcionista recorrimos la cocina y los salones (los uruguayos son amables y atentos por naturaleza). De verdad un lugar para visitar sobre todo si uno puede ir para almorzar algún día de la semana porque por la noche los precios son solo para algunos adinerados residentes.

Medio y Medio en Roldos

en el viejo Mercado

Un negocio mayorista en el Barrio Viejo

La Plaza Independencia

Un salon del Restaurant Rara Avis
Caminar por la Avenida 18 de Julio, pasar luego por la zona de los antiguos negocios mayoristas, que parecen detenidos en el tiempo y luego llegar a la Rambla Artigas desde donde se ve el Río de la Plata como un verdadero mar fue un verdadero tour de lujo.

En menu de medidodía de Rara Avis

Regresamos al barco entrada la tarde para disfrutar sus instalaciones de hotel de 6 estrellas y para prepararnos para dos días de navegación hasta Port Stanley en las Falkland Island.

Un viaje al sur en barco

“Antes de que me olvide”

Es en realidad el titulo de una obra que el “capo cómico” Enrique Pinti tiene actualmente en cartel. La obra de teatro y el titulo tienen el mismo doble sentido. Antes de que me olvide, por el paso del tiempo desde que iniciamos el viaje y antes de que me olvide por la edad que nos va haciendo olvidar las cosas por nuestras propias neuronas ya escasas y gastadas.

Bueno, aclarado el titulo va el cuento del viaje que iniciamos con Berta el 18 de febrero de 2010 desde Buenos Aires en el PRINCESS STAR un inmenso y hermoso crucero de casi 300 metros de largo.

El principal atractivo en principio fue el salir en barco desde el puerto de Buenos Aires.
Los recuerdos de relatos de tíos o amigos de mis padres que en la mitad del siglo pasado salían en barco hacia Europa y sobre lo hermoso que se ve Buenos Aires desde la cubierta del barco, tenia un peso inmenso.

Y no me sentí defraudado en absoluto, ver los inmensos edificios del centro de la ciudad desde el barco es una experiencia inolvidable y se los muestro en algunas fotos, otra vista que me resulto bellísima es ver al remolcador frente al inmenso barco.

Nuestro primer puerto de desembarco fue Montevideo y va a ser la segunda parte de este modesto relato que va a tener varios capítulos, pronto, antes de que me olvide.

A modo de Prólogo

Para quien, para que, porque.
Desde hace un tiempo tengo intenciones de escribir algo, algo como un cuento que tenga mucho de mis recuerdos, de mi vida y lo que el paso del tiempo fue dejando en ella.

Recuerdos que se fueron trasformando en mi memoria y que seguramente tienen una mezcla de realidad y fantasía.
Para quienes empezamos nuestro aprendizaje en la escuela primaria llenando durante horas enteras hojas de cuaderno con palotes (pequeñas líneas derechas primero, luego inclinadas a la derecha y por fin inclinadas a la izquierda, todas con un lápiz FABER Nº 2) poder escribir hoy en la computadora, con un buen programa que permite cambiar estilos de letras corregir y mucho más, es un verdadero milagro. Y yo estoy en ese grupo, nací en 1940 ya cumplí 69 años y voy rumbo a los 70 confiando en contarles como voy a festejar mis 80.

Para quien
Para mis nietos UMA LI, THIAGO CARLOS, MALENA DOMINIQUE y THOMAS IAN que cada día me sorprenden.
Para algunos que encuentren estos escritos en la inmensidad de la INTERNET, recurso maravilloso para curiosos incurables como yo.

Para que
Para satisfacerme contando algo que me pareció importante, interesante, curioso, instructivo o que valga la pena que lo sepan, en resumidas cuentas “para dejarlo escrito”

Porque
Porque el hombre cumple su misión en la vida teniendo un hijo, plantando un árbol y escribiendo un libro, aspiro con modestia y sin ninguna pretensión que este pequeño proyecto suplante mi imposibilidad intelectual de escribir un libro.